Entre la fiesta de la Zona Rosa, las oficinas de Colonia Cuauhtémoc, y los peregrinos religiosos del Centro Histórico, los residentes del barrio Roma se han puesto a pintar las fachadas de ladrillos de su barrio en todos los sentidos de la palabra, y lo han convertido en la zona más hipster de Ciudad de Mexico. En este enclave expresionista central, las bicis públicas permiten ahorrar en gasolina, para gastar más en productos orgánicos. El barrio ha sido superpoblado por artistas que si no están patinando o pintando, se encuentran compartiendo noches de cigarrillos en las terrazas de los bares y las galerías de arte. La creatividad se desparrama por ésta Roma, como sucedió en el renacimiento de la original italiana.
Descubre los barrios más hipster del mundo.
La Roma mexicana tiene de todo: parques, restaurantes, mercados, tiendas… Aquí la expresión es una forma de vida donde el espíritu bohemio se desplaza por sus luces rojas, cubre sus puertas cerradas e ilumina sus autobuses. Los menos, pues en esta zona las dos ruedas son muccho más comunes que las cuatro. Existe una concienciación particular hacía la madre tierra, sorprendente en una de las ciudades más contaminadas del mundo. Pero en este rinconcillo las bolsas reutilizables están hechas de materiales reciclados, y son más comunes que el papel y el plástico.
Sus residentes son en su mayoría veinteañeros y treintañeros modernos, que habitan los elegantes apartamentos del barrio, y que pasean a sus amigos caninos, más frecuentes que los niños. Pero al caer la noche los cafés, clubes y bares de cócteles del barrio, los convierten en aficionados culinarios, connoisseurs y entusiastas de la cultura. El espiritu se resume en comer, beber, y pasarlo bien. En el lugar despliegan su sabor algunos de los mejores restaurantes y mercados de la ciudad, donde la coctelería es también un modo de expresión creativa.
Las pastelerías recién horneadas se complementan con las cervezas artesanales y las novedades culinarias. Los sabores del barrio se multiplican en distintas fusiones que parten siempre de materias primas de primera calidad. Contrariamente al resto de la ciudad, Roma le da gran valor a los productos ecosostenibles. Los residentes apoyan a los artesanos locales, así los restaurantes ofrecen productos locales y orgánicos, y las granjas urbanas le dan un estilo agrario a las calles del barrio.
Desde licores hasta carteras de aluminio hechas a mano, puedes comprar lo que quieras y más en las boutiques del barrio, que instaladas al pie de los edificios ofrecen siempre un vistazo general a las nuevas tendencias. Mientras, las paredes vacías alrededor inspiran a los artistas, que las rellenan ya sea por fuera, reconvirtiendolas en sorprendentes murales, o por dentro, a modo de galerías.
Fuente imágenes: Alicia Vera y Javier grew tramite Airbnb