Lo que antes era nerd, ahora es cool, y alrevés. Todo gira, cambia y se transforma con el paso de tiempo y de las modas. Por eso toda remodelación trae cambios interesantes, y propuestas sugerentes. Como éste local, que nace de la simplicidad pero se convierte en un lugar complejo gracias a su aire diferente, funcional y con un toque de humor mediterráneo, que invita al descanso. Hablamos de El club Dos Billares, un rinconcillo creado en la ampliación del hotel Casa Camper.
El nombre le viene de su interior dónde encontramos dos magníficos billares de pool americanos, iguales a los que siempre hubo en Barcelona, y que lamentablemente están desapareciendo. Coronan el local además, una barra y un buen número de confortables sillones orejeros. En las paredes se han colocado varios originales que el pintor José María Prim hizo para el proyecto de un bar en los años 60 y unos dibujos de gallos de Miguel Serrano. No hay sillas ni mesas de bar sino mesitas para jugar al ajedrez o al dominó. Tampoco hay demasiada luz. Es un ambiente deliberadamente oscuro, que se inclina por la paz estética.
Un pequeño oasis situado en el histórico barrio del Raval, dentro de un triángulo comprendido entre las Ramblas, el MACBA y el Mercado de la Boquería. Un enclave singular y multirracial, donde lo turístico se cruza con lo local y lo vanguardista, con lo más tradicional. Es la filosofía de una empresa mallorquina que cree que el auténtico lujo, hoy en día, radica en las cosas más sencillas, la vida sana y una visión de la estética como cultura, como fuente de satisfacción interior. En definitiva, una forma más sencilla, más humana y más respetuosa de relacionarnos con el mundo que nos rodea.