Durante muchos años el póker ha sido una actividad rodeada de misterio. Las timbas que nos vendían en las películas parecían antros de vicio, en los que los jugadores ponían en riesgo sus posesiones rodeados de humo, whisky y «mujeres de mala vida».
Hoy, la actividad ha dado un giro radical. La legalización del juego en la mayoría de países junto con la eclosión del póker online han hecho variar la imagen pública del jugador. Ahora los grandes torneos se realizan ante cámaras de televisión y los participantes no tienen pinta de duros de película. Aunque algunos puedan llevar indumentarias curiosas durante los torneos, la mayoría son hombres y mujeres corrientes, que entrenan y trabajan cada día y que llevan una vida perfectamente normal.
Pero aunque el juego se haya normalizado y ya no se perciba como una actividad inquietante, sí que existen jugadores que marcan diferencias. Son personas extravagantes dentro y fuera de los torneos; algunos han desaparecido ya, pero otros siguen protagonizando momentos delirantes.
David A. Ulliot, «Devilfish»
Este carismático jugador nació en Kingston, Gran Bretaña, en el año 1954. Su biografía parece sacada de un guión cinematográfico: su padre fue un ex paracaidista reconvertido en camionero, a los 15 años dejó los estudios y se inició en el mundo de las apuestas, estuvo en la cárcel en varias ocasiones por participar en robos y peleas hasta que se casó en segunda nupcias y abandonó las actividades delictivas.
Su incursión en el mundo de póker llegó de la mano de su padre. A los 16 años David A. Ulliot ya participaba en timbas, pero no se convirtió en profesional hasta bastante más tarde, cumplidos los 39 años. Su primera victoria en un torneo de póker fue en 1993, pero la fama le llegó en 1999, cuando fue uno de los 40 jugadores elegidos para participar en el programa de televisión Ligt Nigth Poker . El programa, que emitió la cadena británica Channel 4, marcó un hito en la historia del póker televisado. Fue el primero en colocar una cámara bajo la mesa para observar las cartas de los jugadores.
El look de Devilfish durante las partidas lo convirtió en un personaje mediático. Siempre se parapetaba detrás de unas gafas oscuras, solía peinarse hacia atrás, llevaba gabardinas de cuero y lucía unos grandes anillos con letras que formaban las palabras “Devil” y “Fish”. Además era aficionado a la música. En más de un torneo había aparcado las cartas para deleitar a los compañeros con alguna pieza musical.
Ulliot se casó tres veces, tuvo ocho hijos y siempre vivió en Kingston upon Hull. Murió en 2105 a causa de un cáncer de colon. Tenía 61 años. En sus años como profesional del póker participó en grandes torneos y acumuló una notable fortuna: 6 millones de dólares. En 2010, la editorial Penguin Books publicó una biografía de Devilfish que lleva por título: DEVILFISH: The Life & Times of a Poker Legend.+
Bill Perkings
El listado de los jugadores de póker más importantes de la historia incluye nombres míticos como Jonnhy Moss (“El gran abuelo”), el veterano Doyle Brunson o Phil Ivey, que acumula más de 10 brazaletes de las WSOP (World Series of Poker). También hay nombres de mujer, como Jennifer Harman o Vanessa Rousso, que han luchado con ímpetu por ganarse un puesto entre los más grandes. Pero también proliferan personajes controvertidos. Uno de ellos es Bill Perkings.
Este multimillonario norteamericano de 50 años, vinculado a la industria energética y a los mercados de valores, es un apasionado del póker. Y no se le da mal. Sus ganancias en torneos en vivo superan los 2,5 millones de dólares. También son habituales sus incursiones en el cine. Ha sido productor de films como After Life, Impensable o Cat Run y los proyectos se suceden.
Pero si en algo destaca Bill Perkings es por su actitud dentro y fuera de los torneos. En programas como High Stakes Poker, que emitía la cadena de TV por cable GSN, se mostraba habitualmente arrogante y agresivo. También es conocida su tendencia a la ostentación. En la página web Twich, centrada en el mundo de los videojuegos, el póker y los e-sports, aparecía dando lecciones de póker a bordo de su yate de lujo anclado en las islas Vírgenes.
Otra de sus «hazañas» más controvertidas la protagonizó con su hija pequeña. La sentó a su lado en un torneo de póker mientras hacía comentarios jocosos sobre el dinero que se estaba jugando.
Phil Hellmuth
Phil Hellmut, apodado como el «llorón del póker», es uno de los jugadores más mediáticos de Norteamérica. Su cara es habitual en los anuncios televisivos sobre póker y colabora asiduamente en tertulias y programas. El apodo le viene por su actitud quejica, que manifiesta cada vez que se siente contrariado por algo. Además, habla por los codos y suele mostrar un aire chulesco y provocador frente a sus contrincantes. Phil llora, maldice y culpa a los oponentes de todas sus desgracias, pero aun así ha conquistado a los medios y se ha convertido en leyenda.
Hellmuth nació en Wisconsin en 1964, ostenta 15 brazaletes de las WSOP y ha ganado más de 20 millones de dólares en premios. Su especialidad es el póker Texas Hold’em. Además de su actividad en los torneos, ha protagonizado diversos videos sobre póker, ha escrito libros y artículos para revistas especializadas y ha lanzado productos con marca propia, como juegos para el móvil o prendas de vestir.
La ascensión de Phil en el mundo del póker no fue fácil. De hecho, nunca contó con el apoyo familiar. Su padre prefería que se formase en la universidad y que tuviese una actitud seria y responsable. Pero su paso por las aulas duró poco porque fue allí precisamente donde entró en contacto con póker. Durante un tiempo, Hellmuth protagonizó idas y venidas a la universidad. Participaba en torneos y cuando se quedaba sin dinero regresaba a las aulas. Pero un día ya no volvió. En contra del parecer de la familia, colgó definitivamente los estudios para dedicarse a su afición favorita en cuerpo y alma.